Pinos carrascos
PINARES DE CARRASCO
Pinus halepensis

Este pino de corteza cenicienta, de acículas finas de color verde claro, es fácil de reconocer por sus piñas que se insertan al ramillo por medio de un pedúnculo. En la Valdorba los pinares de pino carrasco son poco abundantes y sólo se pueden ver pequeñas masas procedentes de repoblación aunque se puede pensar en la existencia de algún rodal autóctono, como ocurre en las comarcas navarras próximas. En los canecillos de la preciosa iglesia románica del Santo Cristo de Katalain podemos admirar una piña de pino carrasco con su pedúnculo característico, señal inequívoca de que el artista tuvo de modelo un pino de esta especie en las secas inmediaciones.

El pino carrasco está muy bien adaptado al clima mediterráneo más severo y habita principalmente en suelos calizos de la mitad este peninsular y a las orillas del mediterráneo. En Navarra se puede observar a este pino viviendo de forma natural en las proximidades de las Bardenas Reales (Carcastillo) a pesar de la intensa aridez de la zona. En Pueyo se encuentran las plantaciones más extensas aunque en total en la comarca no se superan las 60 ha.


Detalle de piña de pino carrasco en la ermita de Catalain

Pueyo entre pinos carrascos

Estos pinares en las épocas más húmedas son capaces de hacer fructificar gran cantidad de hongos a ellos asociados, como la Llanega o seta de congrio (Hygrophorus limacinus) muy apreciada en Cataluña, los mocosos (Suillus bellini, Suillus collinitus) utilizados en la industria alimentaria para hacer sopas de setas ya que su sabor es muy parecido al de los Boletus gr. edulis, y las sanfranciscanicas (Tricholoma terreum) que aparecen con gran profusión en grandes grupos entre la pinocha.