Los pinos royos o albares con
sus características cortezas asalmonadas y sus
copas glaucas son árboles de montaña que
abundan en el Sistema Ibérico, en la Cordillera
Pirenaica y en el Sistema Central, donde son conocidos
por su excepcional madera. Se trata de una especie que
requiere mucha luz para su buen desarrollo, pudiendo
llegar a los 30 metros de altura; aunque en la Valdorba
no encontremos tales tallas. Éste es un bosque
húmedo provocado por su situación de umbría,
mezclado habitualmente con altos bojes (Buxus sempervirens)
que dominan el sotobosque, además de ginebros
o enebros (Juniperus oxycedrus), maspiles (Sorbus
torminalis) y robles pubescentes (Quercus humilis),
debajo de los cuales suelen abundar los musgos. Otros
arbustos presentes en el pinar son los gurrillones (Crataegus
monogyna), rosicas de pastor (Rosa canina)
y zarzas (Rubus ulmifolius), que a menudo acompañan
al boj formando espesuras que dificultan el trasiego
por el bosque.
En septiembre abundan las deliciosas
moras que suministran alimento a la fauna silvestre
y, claro está, al sediento viandante.
Estos pinares producen grandes
cantidades de las setas comestibles de las especies
más apreciadas, como robellones
(Lactarius deliciosus), basilares o sanfranciscanicas
(Tricholoma portentosum y
T. terreum), ziza hori (Cantharellus
cibarius, Cantharellus
lutescens, Cantharellus tubaeformis)
y hongos (Boletus
edulis y Boletus pinicola). En
los pinares naturales de Iracheta se han encontrado
buenas producciones de Cantharellus lutescens
en los intempestivos meses de enero y febrero, y en
otoño son muy frecuentes los hongos mocosos (Suillus
luteus y Suillus
granulatus) y robellones.
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